31 March 2006

Marchers Rally Against Bill

Six thousand marchers, the majority energetic high school students, cantered, jumped, cheered, and yelled rebellious chants as they marched Friday down Oregon St. in downtown El Paso to bolster opposition to a proposed federal immigration reform law.

Lagging behind, the furrowed faces of Braceros, the drum of the Matachines dancing and praising their Virgen de Guadalupe (the one who never fails!) and the red flags of the Chicanos trooped toward the Center for Border Farm Workers, they're voices also resounding with pounding catchy mottos as "¡Si se puede!" under the Spring's first hot sun. The not so typical image not only mimicked the previous two days in which local high school students have made, or at least attempted, several walkouts, but also ressembled the national protests that during the last two weeks have aimed their efforts to call the attention of the government and fight back the proposed HR4437 (AKA Sesenbrenner Bill). Perhaps just a few actually knew what was going on. Cell phones in hands, a great number of the adolescents were just fulfilling their will of being part of something big, the "real thing," as some local media dubbed the protest. And the critics may be right. One could see one too many trendy-clad students summoning others that were taking advantage of the walkout to go shopping or remain idle somewhere else. And though all the organizers coincided that many of the students protesting thoughout the week couldn't "verbalize" the specifics of the proposed law, they assured more than once that this kind of behavior shows a different attitude in the younger generations. "The proposed HR4437 has awakened people in a way that have not always been seen, it's specially important to see young people participate in events like this," Fernando Garcia with the Annunciation House said. One of the "awakened" teens is José Negrete, a 15-year-old Jefferson High student who megaphoned his messages ever since the rally's very beginning. "I'm here to support all the immigrants that come to this country to work and better their lives," he said. Before the threat of being "punished" by school authorities, Negrete said that it was more important to back the effort his "grandparents made when they came to this country; my abuelo came in WWII to work the fields of this country... I'm proud of what they've done for us," he said. And to show his pride Negrete lead a nurtured group of students that gathered minutes after 10 a.m. in San Jancinto Plaza, just as some politicians were calling the multitude to "remember" the leaders who showed up to support the cause, a probable commercial for the electoral times coming later this year.

18 March 2006

2

Llegué dos horas antes. Iba a aporovechar que no había nadie en el café para leer tranquilo y pedirle al vato que atiende que pusiera uno de mis discos en lugar de la estación de radio que siempre tiene. Me senté en medio: En los rincones me siento castigado. Pedí una coca bien fría y un cenicero. "Las cocas no están tan frías", me dijo el muchacho del café. Le pregunté si tenía algo bien frío... Después de leer algún rato, me di cuenta de que ya había pasado casi una hora. Los clientes habían comenzado a llegar. Al menos eso pensé por las pláticas que de muy alejadas se fueron acercando. A dos lugares de mí había una pareja de hombres. Hablaban de una fiesta que estuvo "bien suave" y que uno de ellos había conseguido "guaguis" de un vato que le gustó esa noche. Carcajadas. Yo seguí en lo mío. Aunque por un segundo me quise imaginar a dos hombres mamándose la verga. No por puto, sino por curioso. Pedí otra agua cuando vi que la que tenía ya se había acabado. "Se me terminaron las aguas, amigo". ¿Amigo? ¿Cuándo robamos juntos, pendejo? La coca no estaba fría. Voltée a la puerta. Una muchacha entraba al café. Su falda de tela blanca y holgada caía hasta sus tobillos. Me gustaron sus tobillos. El que atiende se le acercó, le dijo algo, la vio, y ella nomás dio la vuelta y se fue. El tipo del café se me quedó mirando. "Otra agüita, amigo?" "Chinga tu madre".

Ahora que me acuerdo...

Ver vomitar a Verónica fue... No sé... Creo que no lo esperaba. Obtusa contra la pared, colocaba la cabeza entre sus brazos y dejaba caer un chorro rojo-casi-morado con cada pujido hediondo. Apenas minutos antes Germán había sacado la cabeza por una de las ventanas de la casa para basquear en el pasto al ritmo de la burla de "La Flakita". Pero ahora era ella, "La Flakita", la que, después de unos cuantos fumes al gallo, a la pipa, a la piedra y al tabaco, se doblaba reconociendo que "t'was too good to be true, güey; ¿pa' qué me reí del "Flako"? See, el vato... ... ... ¡Damn, ya las di...!"

Apenas acababa de decir eso cuando se formó una pequeña cascada que caía de su boca a la inodoro. Lo estaba sacando todo. Según sus cálculos, fueron dos botellas. La neta era que ella perdió la cuenta a la segunda botella, su cuerpo petite apenas resistió la vorágine alcohólica.

El alemán me dijo que quería fumar "pashtao". Lo mandé a la verga; siempre anda mendigando el viaje según de lo que traiga antojo. Su morra de antes le compraba todo. A veces tenía tanto que hasta se ponía a aventar toda la mierda que le sobraba. Pero al alemán se le hizo demasiado descaro, según contaron, y dejó a la morra que le compraba todo y que le daba el culo. El alemán sacó su espíritu teutón y optó por esforzarse para conseguir sus vicios. Su calidad de extranjero con acento marcado le daba cierta virilidad que le facilitaba "der panochen". Pero eran muy pocas las que se querían aventar a mantenerle el "pary" al vato. A veces escribía algo para las revistas locales. Cosas muy malas pero que con llevar el apellido Franzerbahüer en la firma se cotizaban como "la vanguardia" del pensamiento europeo radicando en "nuestra tierra", así le dicen siempre, ¿no? Nuestra Tierra. Nuestro País. Nuestra Casita.

Pues a "la vanguardia" le pagaban bien sus colaboraciones; entre más malas, más feria le daban. O al menos eso parecía. Herr Franzerbahüer se había hecho de unos contactos en la uni cuando llegó recién de su país. Vino a J____z a aprender arte chicano y a hacer un estudio sociológico de una frontera tan "kountrrrasshtante" como la nuestra.

Le pregunté si ya había terminado. "No... ¡guaaak!...no sé... ¡Pinche peda, güey!" La miré. Escupió un chorrito más tras un pujido corto y apretado. Unas gotas más brincaron de la taza y mancharon su pantalón y los zapatos que estrenó esa noche. Se quedó recargada contra la pared. Era como si se le estuviera viniendo encima el muro y ella lo quisiera parar con sus bracitos blancos. Ya me iba a reir, pero como que empecé a no sentir nada. Yo estaba acostado en el aire. Así parado. Levitando. Mis pies flotando en en la nada un tantito pa' no sentir el piso y la corriente que soplaba su entrada desde la puerta detrás de mí. Era como si fuera un colchón que me tenía suspendido-acostado justo debajo del marco de la puerta. Esa madre estaba buena. Pero no sé cuál de todas las madres que me metí. Mis cocteles de placer no siempre son... placenteros. A veces me duele el pecho. A veces me tiembla la cabeza. A veces se me borra el disco.

12 March 2006

Uno

Esto me lo escribo a mí mismo: ¡Güevos, culero!