09 April 2006

Los hombres comenzaban a llegar cuando Renán estaba terminando su café y preparándose para empezar su día. Otra noche de mal sueño le pesaba en el cuello, pero como siempre él era uno de los primeros en llegar. Su cama no era dura. Su mujer no roncaba. Pero desde hacía poco tiempo las sirenas de patrullas y ambulancias se habían acercado cada vez más.

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