Nos arrestaron por algún desacato al orden. No íbamos esposados. En ese mundo había códigos de honor y la tranza era muy mal vista. Así que Armando y yo sólo caminábamos hacia el centro de justicia que quedaba al otro lado del puente, en lo que un día fue la entrada a Estados Unidos, bajo la mera vigilancia de dos policías. Pero justo a la mitad del puente, cuando ya parecía que Armando y yo asimilábamos nuestro castigo, aparecieron Ramón y su novio y la novia de su novio. Ramón abrazaba a su novio desde atrás y caminaban con mucha sincronía para no pisarse en ese momento. Se reían y se comentaban cosas al oído. La chica a veces brincaba a su alrededor y reía más sonoramente que ellos. Cuando dejé de verlos para voltear a ver por dónde iba, choqué con un hombro de Armando. Estaba congelado frente a un gran estandarte de la virgen de Guadalupe. Tras él se venían aglutinando cientos o miles de personas, todas cantando, orando, y pidiendo algo al cielo. Ramón, su novio y la novia de su novio siguieron de largo. Cuando Ramón pasó junto a mí dijo simplemente, “ámonos, güey”, mientras él seguía de largo. Yo lo seguí y jalé a Armando que pronto se dio cuenta de que nos íbamos. Volteé y vi a los policías boquiabiertos y asombrados por la demostración de toda esa gente. Nosotros bajamos el puente, cruzamos sin ningún apuro y bajo ninguna sospecha y nos fuimos a una oficina que Ramón y su novio y a la novia de su novio tenían en la esquina de Segunda y Ochoa. Ramón se sentó y, mientras rolaba un carrujito, nos dijo, “ustedes no saben leer”. Armando se indignó. Yo quise contestar algo. Pero ahí se acabó este sueño.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
buen sueño eh!!! eos dle novio, de la nova, del amigo, del primo del vecino como que me confundio! ya despuès entendi que se la pasan re bien!
Besos
Supe leer pero me costó trabajo el imaginarlo.
Post a Comment