19 December 2007

Fue el 15 de diciembre

Caminaba pensando en el miedo. ¿Sería que eso sentía? Tal vez. Aunque no creo que por eso estuviera tan oscura la calle y tan fría la noche. Parecía ser una subida. A la derecha estaba la entrada a una zona de apartamentos, mientras que a mi izquierda el pasto de un lote baldío era alumbrado por una tenue luz blanca que azuleaba todo. Crucé hacia la entrada de los edificios. En una plazuela que se veía detrás del primer complejo una luz amarilla-anaranjada dibujaba el vacío del lugar a esas horas. Pero antes de entrar sentí un cierto recelo, miedo, si quieres, a entrar. Pensé mejor regresar a mi camino en la cuesta. Y justo lo hacía cuando desde la esquina del lote baldío escuché los gritos de un hombre. “Leave her alone”, decía. Y voltee. Y la vi a ella, a la que el hombre querían que dejaran en paz. Y estaba él, el hombre, gritándole a otro que sostenía una pistola. “Are you going to shoot me? Are you going to shoot me? Shoot me, motherfucker!” Le gritaba. Y le disparó. Tres balazos. Cayó el hombre y ella corrió y un carro que apareció a mi derecha me iba a servir de escondite pero estoy muy gordo y no quepo debajo de él y un hombre en uniforme de policía o bombero corre hacia mí y me dice que me quite de ahí, que me quité de ahí y rebota contra mí y quiere esconderse debajo del baúl del auto y el camión de bomberos y un camión de bomberos arranca en una esquina y alguien ya atrapó al que disparó y la mujer a la que debían dejar sola llora chorreando gritos. No pasa mucho para que yo me incorpore y vaya a ver qué pasó. Sobre una sábana azul está el cuerpo torcido del baleado; el codo, me acuerdo muy bien del codo, está como fracturado rompiendo el ángulo natural de la coyuntura. Pero no hay sangre. En una silla que alguien sacó de no sé dónde está el que disparó con la mirada clavada al piso, con las rodillas inquietas abriendo y cerrando, con las manos esposadas. Vuelvo a ver al muerto, porque ya está muerto, y no hay sangre.

1 comment:

Garash said...

Da gusto el leerte de nuevo carnal, el encontrar tus escritos siempre es bueno para mí.

Saludos.