Una noche, una chica se acercó a una de las mesas de la biblioteca y le preguntó a un chico que estaba sentado ahí: "¿sabes de geometría?"
Él dejó su tarea y respondió que sí, y comenzó a hablarle de áreas y volúmenes, de polígonos y curvas.
Ella lo miraba extrañada y al poco rato le dijo: "esa no es la geometría que me interesa".
Entonces él pensó que ella buscaba algo de mayor complejidad. Así comenzó a hablarle de Arquímedes y las esferas, de la disposición tridimensional de los átomos de una molécula y los fractales de los conjuntos de Julia.
Y aunque él se esmeraba por ser claro, ella hacía cara de no entender por qué él hablaba de todo eso y le preguntó: "pero, ¿qué tienen que ver esas cosas con los mapas?"
Buscando en lo más profundo de su conocimiento, y tratando de conectar la geometría con los mapas, él respondió que ésta se aplicaba en la cartografía partiendo del entendimiento de planos y espacios puntuales, la medición de ángulos y las proyecciones cónicas y cilíndricas. "Todo eso es geometría", dijo.
De pronto, ella abrió grande los ojos e hizo cara de que se acababa de dar cuenta de algo, y él pensó que finalmente, después de tanta explicación, ambos se entendían. Por eso paró de hablar cuando vio que ella formulaba una respuesta en su boca:
"Geometría?" Preguntó, mientras su rostro enrojecía. "Ay, yo todo este tiempo quería preguntarte sobre la geografía. Creo que estoy muy cansada. Mejor me voy. Después hablamos. Disculpa".
Él se rascó la cabeza y vio perplejo a la chica alejarse entre las mesas y estudiantes que habitan la biblioteca. Y aunque faltaron un par de episodios más para que se enamoraran, fue ahí que se comenzó a trazar el mapa de su camino juntos.
No comments:
Post a Comment